PLANIFICACION ACADEMICA ARTICULADA Y VINCULANTE EN LA MUNICIPALIZACIÓN DEL PROGRAMA DE FORMACIÓN DE GRADO GESTIÓN EN SALUD PÚBLICA. (1)


Ángel Oroño García

Maryluz Nuñez Pacheco

UN ACERCAMIENTO A LA PLANIFICACION EN EDUCACION

Es ampliamente conocido, que las transformaciones sociales, políticas y económicas, tienen su sustento en la conversión ideológica que sufren todos los sistemas organizativos e institucionales de los estados. También, responden a la necesidad de contextualizar los ciclos de vida de cada grupo con los cambios políticos e incluso territoriales.

El sistema educativo, no escapa de este proceso. Ciertamente, cuantos más cambios experimenten nuestras organizaciones, más son las reconstrucciones históricas registradas en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Las iniciativas, por ejemplo, que tuvieran lugar en los años 50 en el seno de la UNESCO y la OEA, planteaban la necesidad de adaptar los procesos de planificación educativa a sus respectivas relaciones con el desarrollo social y económico en la totalidad del mundo. Lo que llevó a muchos países a reconfigurar las políticas públicas educativas a esta variable. Todas ellas muchas veces en consonancia con el ritmo que el sistema capitalista impone: competencia, rentabilidad y explotación a niveles jamás de la naturaleza.

En virtud de ello no fue sino hasta la década de los 70 cuando Venezuela, junto a otros países latinoamericanos, se une a la intención de planear el proceso educativo a partir de las transformaciones socio-económicas que se venían dando en el resto del mundo.

Sin embargo, a pesar que la intención estaba centrada en la transformación socio-cultural de cada región, quienes liderizaron estos procesos de planeación fueron los profesionales de la economía, dándole un carácter muy particular al proceso y anteponiendo intereses económicos globales por sobre los intereses locales-nacionales de cada región.

Esto trajo como consecuencia, que el interés primordial de toda institucionalidad educativa, estaba orientada a garantizar recursos para mejorar los sistemas educativos, con su toque de eficiencia administrativa, pero sin el aporte que contribuyera a considerar a los integrantes del proceso, educantes-educandos.

El proceso educativo comenzaba a ser considerado como un bien del capital, en el que los participantes eran considerados como un recurso del que dependía el desarrollo económico de la región. Esto obedecía (y aún obedece) al enfoque que la educación y las estructuras de poder capitalista hacen sobre todos los sistemas educativos.

Es por ello que en las estrategias de inserción laboral las transnacionales logran tener incidencia en gobiernos locales (donde estas se instalan) para entre múltiples propósitos imponer el currículo a instituciones educativas que asegure la mano de obra “calificada” pero con claros bajísimos costos en la producción de diferentes mercancías. Dicho de otra forma, se establecen niveles de escolaridad de acuerdo a niveles laborales dentro de tales empresas por lo que se obliga a los trabajadores a mantenerse o escalar tales niveles que determina la lógica empresarial.

Todo esto impulsado por la privatización del sector de la investigación promueve corrientes pedagógicas que construyen currículos preocupados por lo que se enseña, cómo se enseña y el cómo hacer seguimiento y evaluación al proceso educativo y en consecuencia a la productividad empresarial. Así, en la era neoliberal los sectores claves como la investigación y el diseño de currículo queda en manos de la lógica economicista del sector privado extranjero, cuando no de laboratorios académicos de Europa y Norte América.

Son los propios movimientos de la llamada globalización, los que intervienen progresivamente en el sector educativo y más específicamente en las universidades públicas. Así, las universidades reciben el mandato de adecuar sus agendas de investigación de acuerdo a una nueva “interacción del sector llamado productivo”, lo que fue generando una dependencia casi absoluta de qué y para quién se investiga o se estudia. Poco a poco todo esto provoca una enorme pérdida de identidad de la universidad pública frente a su compromiso con la sociedad. El pensamiento crítico es licuado para amoldarlo a la fragmentación particularista de las necesidades empresariales, transmutando la ciudadanía en consumomanía y determinando en el estudiantado el mismo “radio de acción” en términos de “beneficios” que puede asumir cualquier cliente dentro de la lógica empresarial.

En función de combatir todo este amplio marco de referencias (aún vigentes) así como la exclusión de sectores menos privilegiados al acceso de la educación superior se crea la Universidad Bolivariana de Venezuela y casi de forma simultánea la Misión Sucre. Esta última ha servido, además de ampliar el horizonte académico de un número importante de bachilleres sin cupo en las universidades autónomas, se ha convertido (con sus aciertos y desaciertos) en el frente de acción operativa de todo el proceso de municipalización de la educación superior.

La universidad Bolivariana de Venezuela, como institución en constante movimiento entiende que de acuerdo con los planes y programas de formación, creación y recreación de saberes e inserción social, los procesos de investigación no se remiten exclusivamente a la segmentación especializada de áreas de conocimiento particularizado. Esto se sustenta sobre la base de análisis transdisciplinarios que articulen diversas dimensiones de la vida social concreta junto a los relieves problemáticos que se generan en cada contexto comunitario de la localidad, en particular y, del país en forma general. Por ello, la investigación debe estar igualmente centrada en construir de forma colectiva posibles alternativas enmarcadas dentro del socialismo bolivariano frente al actual desafío socio-político y económico que la panorámica capitalista presenta. Se trata entonces de ampliar, según las nuevas perspectiva del proyecto universitario que encarna la UBV, la investigación a favor de:

  1. Articular la investigación como eje integrador de equipos multidisciplinarios o colectivos de investigación. El proceso de investigación debe considerar la transversalidad del mismo con la formación e interacción sociocomunitaria dentro de los programas de Formación de grado.
  2. Pautar líneas de investigación acordes a diversas problemáticas concretas de sectores, zonas y contextos comunitarios que así lo requieran.
  3. Promover la creación de redes de interacción e investigación sociocomunitaria (cooperaciones interinstitucionales) a nivel de pregrado y estudios de postgrado.
  4. Difundir los alcances con vinculación y resultados concretos del Área o centro de investigación en: institutos de educación media y superior, dependencias del Estado, Misiones, organizaciones comunitarias y medios de comunicación. Para esto resulta central establecer una estrategia comunicacional para el buen desarrollo de la difusión.

Es así como han nacido nuevas propuestas. En este caso, el enfoque integrador o interdisciplinario, cuya intención ha sido aplicada a los programas educativos incluso en la actualidad. Este enfoque, promueve: que el proceso debe llegar a todos los niveles de formación, considera las metas de desarrollo de cada región, atienden todas las dimensiones del ser humano y su sociedad, e incluye el lado cuantitativo y cualitativo de la administración de sector educativo.

Nuestro trabajo, aun cuando está funcionando en un sistema organizativo e institucional que exige el cumplimiento de los preceptos anteriores, tiene la intención de buscar alternativas transformadoras que permitan su constante reformulación en virtud de adaptarse a las necesidades más sentidas de cada colectivo territorial y respondan a un pensamiento más crítico, menos burocratizado y más coherente con las particularidades culturales y socio-económicas de cada región.

Los currículos flexibles tal y como lo propone Luís Fernando Canudas, comienza a incorporarse en nuestras revisiones y propuestas, tomando en cuenta los siguientes preceptos:

  1. Un proceso de formación donde el receptor del programa se involucre desde un pensamiento crítico y radical, haciendo énfasis en lo ecológico, y que bien pudiera adaptarse a su contexto de vida y sus relaciones socio-culturales.

  1. Que los facilitadotes del programa permitieran el intercambio de saberes desde lo inter y lo transdiscipliario, donde cada participante es protagonista decisivo y definitorio de “colectivos de investigación”.

  1. No limitar tanto los aciertos como los desaciertos del proceso de formación, a su simple cumplimiento de objetivos o competencias. Quienes manejan el proceso en sí (docentes –estudiantes-comunidad) fungen de contralores y hasta de facilitadores. Estos últimos dejan de ser mediadores u otorgadores de herramientas y pasan a ser miembros del colectivo de investigación, considerando que sus propias metodologías debían transformarse a partir de las experiencias de todo el colectivo. Sabiendo que la ética socialista no está pautada en ningún manual producido en los espacios y mentes plagadas de burocracia, aprender haciendo ha sido hasta los momentos actuales la forma de permitirnos un espacio de creación - emancipación del orden cronológico que capitalismo ha impuesto en su fase más salvaje.

  1. Todo grupo o colectivo de investigación debe sistematizar cada experiencia, en virtud de permitirnos su constante transformación y su adecuación a cada contexto local, territorial y/o cultural.

  1. El colectivo está obligado a salir de la escena tradicional del “aula”, la comunidad se convierte en su espacio de acción y formación.

  1. Las herramientas de seguimiento y contraloría deben convertirse en instrumentos sistematizadores, y no en herramientas simplemente evaluadoras, donde todos los integrantes del colectivo se sientan y manifiesten ser protagonista a partir de su producción académica colectiva e individual.

  1. Creación de horarios abiertos, flexibles, adaptados a los cambios socio-productivos y culturales de cada espacio geográfico e igualmente insertos en la movilidad laboral, familiar y comunitaria de todo el colectivo de investigación. -

  1. Modalidades de intercambio de saberes basado en la articulación de las metodologías necesarias para la acción – participación – organización de la vida político académica permitiendo la movilidad de los participantes del proceso y entre los mismos docentes.

  1. Permitirnos incidir sobre la concepción del currículo, con una mayor y mejor relación entre los aspectos institucionales con los geográficos-culturales, la participación de las comunidades en la concepción y transformación del proceso de formación, alternativas en las formas de organización y acreditación, la adecuación de espacios de intercambio, el intercambio autosustentable de recursos materiales y una mayor y mejor red de relaciones institucionales.

En este sentido, nuestro trabajo de preparación de planes para el Programa de Formación de Grado Gestión en Salud Pública (PFG GSP) de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) en la Sede Zulia, comenzó a transformarse en interrogantes y de aquí en una investigación, cuyo colectivo se planteó la necesidad de plantear nuevas formas de organización académico-administrativas que ha contribuido a la municipalización de la educación superior.

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